La resiliencia y la determinación son dos herramientas claves en los tiempos que estamos viviendo
Afirma el líder empresarial que estos son factores indispensables para dar pasos acertados, que generen resultados positivos y que se sostengan en el tiempo.
Este mes de diciembre culmina la gestión de Pedro Brache en la presidencia del CONEP por tres periodos consecutivos, gestión que define como “una experiencia que ha sido de muchos desafíos, pero de mayores satisfacciones, sobre todo por haber trabajado unidos como sector privado en bien del país, y porque aún en circunstancias adversas hemos contribuido a su recuperación económica, sentido de resiliencia y desarrollo inclusivo”.
El CONEP, que es la organización empresarial más representativa de República Dominicana, cuyo liderazgo se fundamenta en la credibilidad obtenida por su coherente trayectoria en los ámbitos en que se desarrolla, trabaja por los mejores intereses del país, con una visión orientada a la sostenibilidad como eje transversal de sus acciones. “Como parte de esta visión, temas relevantes que integran nuestra agenda son la equidad de género, el desarrollo social, la innovación y la articulación de esfuerzos para la gestión integral de riesgos de desastres, entre otros”, señala Brache, quien además es presidente ejecutivo corporativo del Grupo Rica, miembro de los Consejos de Administración del Grupo Rica, del Grupo Popular, del Banco Popular, de Fundación Popular, del Plan Sierra, de la Fundación Juan Ml. Taveras Rodríguez, Inc., y de la Fundación Rica.
¿Cuál cree que es la cualidad más importante e imprescindible que debe tener un líder empresarial de hoy?
Los líderes empresariales son aquellos que guían a sus empresas a progresar, pero también a generar progreso en sus colaboradores, en el país y en la sociedad. Esto tiene mucho que ver con su grado de compromiso social, su empatía, su sensibilidad y la consciencia de que como empresarios tenemos la obligación de impulsar transformaciones en beneficio de las personas, trabajando por un desarrollo económico que sea inclusivo y equitativo. Muchas de esas transformaciones deben impulsarse en los momentos más difíciles, frente a factores o crisis que se salen de nuestras manos, pero ahí es que se demuestra el verdadero liderazgo, el que deja huella y mejora la vida de la gente.
Los retos que el mundo plantea a los empresarios y directivos hacen que sea necesario buscar nuevas formas de liderar y de innovar, ¿cuál es esa nueva forma que ha encontrado usted como presidente de su empresa y del CONEP?
La resiliencia y la determinación son dos herramientas claves en los tiempos que estamos viviendo. Es decir, la capacidad de salir a camino y enfrentar con sabiduría y tenacidad los retos y cambios constantes de un mundo que no se detiene.
Un ejemplo elocuente y reciente fue la forma en que el sector privado dominicano respondió ante la crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia. Los empresarios dominicanos asumimos nuestro compromiso con la salud y la seguridad de la población, movilizando recursos y apoyando a las autoridades frente a una situación sin precedentes, y además trabajando duro para motorizar la recuperación económica del país. En esto último las empresas fueron innovadoras, en muchos casos renovando sus modelos de negocio y reinventándose, pero siempre apostando a nuestra nación.
Hay una realidad económica, política y social innegable en el mundo. ¿Cuál considera usted que es la responsabilidad de un líder empresarial frente a este panorama?
Siempre habrá momentos desafiantes y por eso anteriormente hablaba de la capacidad que deben tener las personas, no solo los empresarios, de adaptarse a los cambios e incluso crecer en medio de estos. De fomentar la resiliencia en sus organizaciones, estar actualizados siempre, escuchar a los demás y tomar el pulso de la realidad todo el tiempo. Esos son factores indispensables para dar pasos acertados y que generen resultados positivos que se sostengan en el tiempo. En el caso del sector privado dominicano ha sido muy importante que siempre hemos creído en nuestro país, en sus bondades y posibilidades, y en el potencial de los dominicanos y las dominicanas. Esto ha sido clave para el crecimiento sostenido y la estabilidad que exhibe nuestra economía.
Si vemos a lo interno de las empresas, ¿dónde debe poner el foco un líder de la actualidad para hacer más competitiva a su organización? ¿Dónde ha puesto el foco usted?
El activo más importante que tiene una empresa es su gente. El foco de un líder para fomentar la competitividad, la productividad y la diferenciación debe estar puesto en su equipo. Considero de mucha importancia escuchar siempre a quienes forman parte de tu equipo y establecer un sistema sustentado en valores éticos, que guíen legítimamente su accionar y el de la organización. Además, la competitividad es resultado de la creatividad, de las renovaciones innovadoras hechas a tiempo, son visión y sentido de oportunidad, sobre todo ante la tecnología que cambia aceleradamente y la digitalización que nos rige y que tanto impacta en los negocios.
En los últimos tiempos se ha comenzado a hablar de liderazgo ambidiestro, ¿qué opinión le merece este término? ¿Ha sido parte de su estilo de liderazgo?
El ser ambidiestro en los negocios implica avanzar en dos frentes desafiantes al mismo tiempo. Por un lado es trabajar para promover la eficiencia y la productividad de las operaciones existentes, y al mismo tiempo explorar cómo estas pueden evolucionar para mejor aunque esto implique tomar decisiones complejas.
Este es un concepto empresarial relativamente reciente, pero pienso que es una habilidad que poseen muchos empresarios y líderes dominicanos que han sido innovadores y por eso han visto crecer sus empresas a lo largo del tiempo.
En mi caso, trato de estimular la productividad en el día a día, pero también la autocrítica y que tratemos de aprovechar las múltiples posibilidades de innovación que nos presenta el entorno.
Recientemente, en un encuentro organizado por la Cámara Americana de Comercio, AmchamDR, usted habló de “querer hacer un discurso provocador”, ¿A qué se refirió? ¿Qué dimensiones toma esa palabra frente a la incertidumbre y la volatilidad de estos momentos?
En el discurso que pronuncié recientemente en el almuerzo de AMCHAMDR me referí a generar una provocación positiva, invitando a tomar iniciativas por el bien del país y de la calidad de vida de las personas.
Precisamente por el escenario de volatilidad e incertidumbre de la actualidad, en esas palabras motivé a los sectores productivos a tomar partido por el país y continuar demostrando el compromiso del sector privado de generar un desarrollo económico sostenible e inclusivo. Específicamente propuse que juntos trabajemos para duplicar el Producto Interno Bruto (PIB) de la nación de aquí al año 2030, lo que tendría numerosas repercusiones positivas para todos. Entre estas, la generación de más de 2.4 millones de nuevos empleos y disminuir considerablemente la pobreza.
Para finalizar, ¿cuál es su visión como líder empresarial para la República Dominicana de cara a los próximos años?
La República Dominicana es un país afortunado, pero la estabilidad económica y la paz social con la que contamos no es resultado de un milagro, sino del trabajo mancomunado de todos los sectores de la sociedad.
Pienso que debemos seguir promoviendo alianzas con todos los actores políticos, económicos y sociales del país, de manera que se sigan impulsando políticas que redunden en beneficio de la población, de la institucionalidad y del desarrollo económico y social.