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El Canal de Panamá: un símbolo inalienable de soberanía y orgullo nacional

El presidente José Raúl Mulino subraya la importancia del Canal como símbolo de la soberanía panameña, rechaza cualquier tergiversación sobre su control y destaca su contribución al desarrollo nacional e internacional.

Panamá celebra un cuarto de siglo desde la transferencia total del Canal de Panamá, un hito alcanzado gracias a los Tratados Torrijos-Carter de 1977, que reconocieron la soberanía panameña sobre esta vía interoceánica. Este logro, que culminó el 31 de diciembre de 1999, marcó una conquista irreversible en la historia del país y ha sido motivo de orgullo nacional y reconocimiento internacional.

El presidente José Raúl Mulino reafirmó con contundencia que “cada metro cuadrado del Canal de Panamá y su zona adyacente es de Panamá, y lo seguirá siendo”. Esta declaración subraya que la soberanía y la independencia del país no son negociables.

Desde su transferencia, el Canal ha sido administrado por profesionales panameños bajo estrictas reglas de eficiencia, conservación y rentabilidad. La ampliación realizada en 2016 ha permitido potenciar su papel estratégico, aportando miles de millones de dólares a la economía nacional y fomentando el crecimiento comercial y económico global.

Neutralidad y contribución al comercio mundial

El Tratado de Neutralidad Permanente, que cuenta con la adhesión de más de 40 Estados, garantiza el funcionamiento continuo, seguro y abierto del Canal para todas las naciones, reafirmando su misión de servir al comercio mundial de manera pacífica.

“El Canal no tiene control, directo o indirecto, ni de China, ni de la Comunidad Europea, ni de Estados Unidos, ni de cualquier otra potencia. Como panameño rechazo enérgicamente cualquier manifestación que tergiverse esta realidad”, afirmó el presidente Mulino, asegurando que el Canal seguirá siendo un patrimonio inalienable de Panamá, gestionado exclusivamente por el país.

En su mensaje, el presidente recordó a los mártires del 9 de enero de 1964, quienes sacrificaron sus vidas por la soberanía nacional, y resaltó la importancia de la unidad de los panameños bajo la bandera nacional. “Cuando se trata de nuestro Canal y nuestra soberanía, nos unimos todos bajo una única bandera, la de Panamá”, afirmó.

Relaciones internacionales y desafíos comunes

Panamá mantiene una política de respeto mutuo con otras naciones y, con el nuevo gobierno de Estados Unidos, el presidente Mulino expresó su aspiración de mantener una relación basada en el respeto y la colaboración. Temas como la migración ilegal, el narcotráfico y el crimen organizado figuran como prioridades en la agenda bilateral, dada su relevancia como amenazas compartidas.

Un mensaje claro al mundo

El Canal de Panamá sigue siendo un símbolo de la capacidad y determinación de los panameños. El presidente Mulino concluyó reiterando que Panamá es un país abierto al diálogo, a las inversiones y a las buenas relaciones internacionales, pero siempre con la consigna de que “la patria está en primer lugar”.

El Canal de Panamá es un activo estratégico para el comercio mundial, permitiendo el tránsito pacífico e ininterrumpido de naves de todas las naciones. Bajo administración panameña, esta vía interoceánica ha logrado un desarrollo sostenible, garantizando su eficiencia, seguridad y neutralidad.