La magia de Georgia y sus impresionantes pueblos
Si quieren sentirse en medio de un pueblo de la Bavaria alemana, sin salir de los Estados Unidos y disfrutar de un ambiente diferente, solo tienen que viajar unas cuatro horas.
Primero toman un avión en Miami y vuelan por dos horas a Atlanta, Georgia. Una vez allí, alquilan un automóvil y conducen una hora y media por una autopista excelente que da paso a una carretera y, como por arte de magia, se encontrarán en el ambiente bucólico de un hermoso y acogedor pueblo de estilo alemán. Ubicado al borde del Parque Nacional Chattahoochee-Oconee, Helen es un lugar de colinas y valles, que si lo visita en diciembre, será recibido con un agradable frío invernal.
El milagro de renacer
Son muchos los turistas que van a Atlanta de todas partes del país y que deciden viajar a Helen para encontrarse con un pueblo alpino con un toque de Bavaria. Y lo hacen para disfrutar de la comida, de los festivales como el Oktoberfest, de la música y la vista de unas construcciones que en nada se parecen a las de las ciudades donde transcurren nuestras vidas. Helen no fue siempre lo que es hoy. En 1968, un grupo de empresarios locales decidió revitalizar el pueblo que fue rediseñado por un artista que había vivido en Alemania y le dio el toque que tiene hoy. La historia de Helen es la del milagro de un pueblo que se reinventó para renacer y convertirse en una pequeña comunidad que recibe la visita de más de 2 millones de personas cada año.
Hoteles en Helen
Entrar a este pueblo es cambiar de un mundo a otro de manera casi instantánea, del típico pueblo americano a la villa alemana, que recibe a los turistas con los brazos abiertos. Hay una gran variedad de hoteles y cabañas. Si son pocas personas, y desean disfrutar del Oktoberfest, o conocer el centro de Helen, la mejor opción es alojarse en uno de los hoteles del pueblo, cuyos precios varían de acuerdo a la época del año. En internet se consiguen buenas ofertas.
Si por el contrario viaja en los meses de primavera o verano para disfrutar de los ríos, las montañas, o el famoso parque acuático, es preferible hospedarse en las afueras, o incluso en una de las muchas cabañas que se alquilan en la zona. Cualquiera de las dos opciones es válida de acuerdo a sus intenciones.
Lo especial
Cada lugar tiene su atractivo. Para quien viene de una gran ciudad o de un sitio de caluroso, de una zona de mar o de una isla, visitar Helen le devuelve el contacto con la naturaleza, sin perder las comodidades del mundo moderno, una experiencia que solo se puede catalogar de especial. Helen es diferente.
En diciembre las calles se visten de Navidad, se llenan de música, de gente abrigada que camina de un lado a otro disfrutando de las tiendas, las calles y la buena comida alemana, como la de los restaurantes Bodensse, Hofer o el Old Heidelberg. O las interpretaciones de un músico que toca en las calles incansablemente sus melodías navideñas.
Si quieren dar un paseo diferente, llevar a su familia a conocer las montañas y espacios llenos de vitalidad y naturaleza, un destino ideal sería Helen, Georgia y de allí a Blue Ridge. Y lo mejor es que van a conocer una parte muy diferente de los Estados Unidos, no todo son grandes ciudades y parques de atracciones impresionantes, también existen pueblos especiales como Helen.
Puede dar un paseo alrededor de las calles de la ciudad en un coche a caballo, con la lentitud de sus pasos se aprecia mucho más el entorno, los edificios, los paisajes y el ambiente. Aborde en la River Strasse, al lado de la Calle Principal o Main Street, justo al lado de la plaza donde está el Blue Star Memorial, dedicado a los miembros de las Fuerzas Armadas, donde hay un pequeño auditorio al aire libre para presentaciones musicales.
Visitar una destilería
Salir por la calle principal, vía la carretera estatal 75 en dirección al sur, conduce al pueblo de Cleveland, atravesando zonas muy disímiles. Por el camino se pueden divisar tanto hermosas casas, como las ruinas de viejas y abandonadas cabañas, un contraste que le agrega al paisaje una personalidad característica. Luego de poco tiempo se llega a Dawsonville, un pequeño poblado con una destilería artesanal, donde se puede presenciar el proceso para obtener whiskey.
Tras comprar algunas botellas, regrese al hotel y siéntese en el bar, frente a la chimenea, para degustar algunos de los originales sabores de la destilería, mientras afuera la temperatura baja tanto, que el agua de la fuente se congela. Esta es la ocasión ideal para tomar fotos que se convertirán en un interesante recuerdo y la mejor anécdota de su viaje.
Blue Ridge Scenic Railway
El camino de Helen a Blue Ridge, por una carretera que atraviesa las montañas Appalachians fue una verdadera sorpresa. Uno se espera el frío, pero no las hermosas cascadas heladas a lo largo de la ruta, que obligan a detenerse más de una vez para tomar fotos y tocar el hielo de esas esculturas naturales.
Se recomienda subir y luego bajar hasta llegar al poblado dónde se toma un tren que hace una ruta escénica. Estacionarse es muy fácil y vale la pena comprar los boletos de la clase premier. Éstos tienen un precio razonable que incluye refrigerios y una fotografía de recuerdo, además, las detalladas descripciones de los encargados del vagón, que sirven con diligencia y amabilidad a todos los pasajeros, hacen que el viaje entre desconocidos se convierta en una grata ruta de amigos, que incluso cambian de puesto al regreso para que todos tengan la misma oportunidad de contemplar bien el trayecto.
Es un trayecto de apenas trece millas de ida, que se recorren en una hora, para que todos vean las maravillas de la naturaleza y el río Toccoa. Después tiene dos horas libres para pasear en dos pueblos que hacen frontera: McCaysville en Georgia y Copperhill en Tennessee, y luego el regreso entre los extraños que se convirtieron en amigos. Vale la pena hacerlo, es de esos viajes que se recuerdan siempre.
De Dalton a Atlanta
En la ciudad, se le recomienda ir de tiendas, comprar algunas cosas y tomarse con calma el regreso a Atlanta, para llegar descansados al aeropuerto y de allí de vuelta a Miami.
¿Quién dijo que en el último día de unas vacaciones tiene que planificar tanto, como sea posible, incluso si no tiene el tiempo o el deseo, mejor tómelo con calma y disfrute el viaje.