Responsabilidad Ambiental: La Transformación Digital como habilitador de la medición, control y gestión de los Gases de Efecto Invernadero

“Lo que no se mide, no se controla y por ende, no se puede mejorar”. El estado de la política pública actual en torno al medio ambiente y gases de efecto invernadero en la República Dominicana plantea como urgente el monitoreo y medición de los gases de efecto invernadero en busca de lograr reducirlas. Particularmente, el sector de generación energética, con la mayor contribución a los gases de efecto invernadero (cerca del 60% según el Inventario de gases de efecto invernadero del 2010 y 2017), enfrenta la necesidad de una medición precisa para poder abordar de forma proactiva estrategias para mitigar su aportación a la contaminación ambiental. 

La agencia gubernamental encargada del cálculo de las emisiones de GEI recolecta datos de múltiples sectores económicos. Cuando los datos directos no están disponibles, las emisiones se estiman utilizando factores de emisión pertinentes. El sector energético, que depende en gran medida de los combustibles fósiles para la generación de electricidad, requiere un seguimiento en tiempo real del consumo de energía, los tipos de combustible y la eficiencia de la combustión. 

Aún con supuestos y modelos matemáticos para las estimaciones de GEI en los diferentes sectores, contar con precisión en la adquisición de los datos garantiza la aplicación adecuada de medidas para controlar y gestionarlos. De la misma forma, es importante considerar no solo los GEI como la consecuencia de un proceso, sino, poder profundizar en las tendencias y causas de cada una de las fuentes para poder mitigarlas proactivamente, incrementar eficiencias operativas y atacar causas-raíz para suavizar el impacto en el medio ambiente. 

¿Cómo suma la tecnología en todo esto?
El internet de las cosas (IoT por sus siglas en inglés), como he expresado anteriormente, sigue formando parte de las tendencias principales e inminentes para lograr la captura oportuna y fiable de datos, sin dependencia del ser humano, que aporta a poder cuantificar adecuadamente cada una de las fuentes de generación de GEI. 

A medida que la disponibilidad de datos incrementa, la capacidad de adaptar modelos de IA (Inteligencia Artificial) y ML (Machine Learning) para la correcta predicción, aprendizaje y prescripción en alternativas para mejorar los indicadores, son viables previendo más asertivamente las emisiones futuras. Este conocimiento permitirá mejorar significativamente la planificación y ayudan a las empresas a alinearse con sus objetivos de sostenibilidad. 

De manera específica, existen soluciones como CarbonMinus cuya misión como solución digital es ayudar a las empresas a lograr el “Cero Neto”, es decir, la neutralidad entre emisión y captura de las emisiones de GEI. Esta tecnología permite combinar software de medición, cuantificación y análisis con la tecnología del internet de las cosas para cuantificar económica y ambientalmente el impacto de las emisiones de GEI, la producción y el aprovechamiento energético en sus procesos. 

El rol del marco regulatorio
La responsabilidad ambiental de cada empresa empuja la adopción de esta tecnología para monitorear y abordar la huella de carbono individualmente, sin embargo, la política pública es capaz de acelarar la adopción e incentivar el cumplimiento a estándares internacionales para minimizar la huella de carbono y propiciar certificaciones de responsabilidad ambiental. 

Al alinear las tecnologías avanzadas con los marcos regulatorios y políticas públicas es factible transparentar el cumplimiento a estándares y facilitar un rol proactivo de las empresas en la reducción de la huella de carbono.