Reducir la inflación y el déficit fiscal deben ser prioridad en la economía colombiana

Tener éxito en estos desafíos, sin deteriorar las expectativas y la recuperación económica, es el reto más importante que enfrenta el país.

Para Mauricio Sanmiguel, planeador estratégico con experiencia en gestión financiera, proyectos, fusiones, y adquisiciones e inversiones, el panorama económico de la región es “de pausada, pero clara recuperación”, a pesar de la alta incertidumbre.

Según el experto, los bancos centrales enfocan todos sus esfuerzos en controlar la inflación sin frenar la recuperación de la producción y el consumo. “Lo están logrando poco a poco. Aun el suministro no se estabiliza, las tensiones políticas entre los bloques que intervienen en la guerra de Ucrania, continúan; y los pueblos aun adoloridos por la pérdida de sus seres queridos, se enfrentan a desabastecimiento, empleo volátil y precios altos”.

“La tarea tomará tiempo. Personalmente no dudo del compromiso y la decisión de los gobiernos y los bancos centrales para realizarla con éxito lo más pronto posible.  Y es que los bancos centrales disponen de un gran abanico de herramientas que no tuvieron en las crisis pasadas. Pueden otorgar beneficios parciales y temporales que estimulen el crecimiento económico por sectores, Implementar políticas fiscales y monetarias para aumentar el gasto del consumidor y la inversión empresarial. Además, la cooperación internacional y la estabilidad política también son importantes para crear un entorno favorable para la inversión y el crecimiento económico”.

 

En Colombia, ¿qué sectores considera que, a pesar de las condiciones adversas, experimentarán el mayor crecimiento económico en el 2023?

Según el FMI, se estima que la economía colombiana superó las expectativas en el 2022, y creció a una de las tasas más rápidas entre las economías emergentes (8 %), gracias a efectivas políticas implantadas durante la pandemia, un poderoso despertar del consumo interno y altos flujos de inversión extranjera directa.

Para el 2023, la economía colombiana deberá poner en práctica políticas restrictivas para combatir la inflación y ajustar sus déficits de manera que garanticen un crecimiento robusto de largo plazo.  El Gobierno actual por su parte, de izquierda, aún está puliendo varias de sus políticas para el cuatrienio. No solo tendrá que lidiar con un cuestionado proyecto político -económico, que ha mostrado interés en reducir la actividad en algunos sectores tradicionales, sino también con un escenario lleno de incertidumbre y desafíos en el panorama regional. El crecimiento esperado del 2023 estará alrededor del 1 %. 

Por sectores, los que más crecerán, aunque menos que en 2022, será uno tradicional como la agricultura y otros que traen impulso como la administración pública, inmobiliario y el comercio.  Los sectores intensivos en mano de obra sufrirán, pero confío que la manufactura, finanzas y el entretenimiento sigan siendo relevantes. La construcción, así como la minería y explotación de hidrocarburos tendrán crecimientos marginales. 

 

En su experiencia como planeador estratégico, ¿cómo los empresarios, grandes, medianos y pequeños pueden transitar un año tan retador como el 2023?

Para este 2023 hay que tener mesura, no obrar apresuradamente con las posiciones en las inversiones que se tienen de antes del 2020. Es cierto que los precios de los activos en los mercados de valores están bajos y ahora hay tasas atractivas de renta fija.  Lo peor ya pasó, no creo que este sea el momento de realizar las pérdidas. Aunque se tome un tiempo, se recuperarán y crecerán a precios por encima de inicios de la pandemia más rápido que con renta fija. 

Al igual que los gobiernos y los bancos centrales, en las organizaciones la senda de retomar el ahorro y la eficiencia en la inversión y la operación es la prioridad. Con los altos costos de los insumos y la mano de obra, habrá que ser innovadores en la inversión en tecnología, los canales de distribución y el mercadeo. 

Debe hacerse un buen plan ágil y con revisiones frecuente. Evitar la parálisis por análisis.  Debe tener objetivos y metas medibles de corto plazo en su presupuesto, que estén alineadas con las metas de mediano plazo.  Ya no de largo plazo, un par de años hasta que la inflación, el abastecimiento y las políticas monetarias se estabilicen para dejar de pensar en la recuperación, y volver a buscar crecimientos sostenidos de largo.

El plan debe ser completo. Debe incluir todos los elementos claves del ecosistema de creación de valor en la organización. Deben cubrirse todas las consideraciones de las perspectivas de accionistas, cliente y producto, procesos y recursos financieros, humanos y técnicos.

Debe hacerse la agenda estratégica. Estructurarse financieramente las iniciativas y definirse los recursos que requerirán de manera integral y consolidada. Así mismo los retornos, el pay back y la financiación; así sea con recursos propios.

Debe definirse la ruta de implantación y sus mecanismos de retroalimentación deben ser efectivos, flexibles y oportunos. El éxito de la gestión de la estrategia tiene que ver más con la acción que con el análisis. En mi experiencia, he visto más casos de éxito con ideas sensatas impecablemente implantadas, que con ideas maravillosas que fueron realizadas de manera aceptable. El equipo de implantación es fundamental. Su experiencia alineada, su compromiso, su disciplina y su pasión, hacen la diferencia.

Debe tenerse en cuenta que, aunque la estrategia se define en la alta dirección, es la organización misma la que la lleva a cabo exitosamente. Eso implica que las metas y objetivos estratégicos deben aterrizarse y comunicarse en términos operativos, deben trasmitirse de manera que todos en cualquier rol que desempeñan, entiendan, sepan como medir y se comprometan con la mejora de sus indicadores en sus respectivas funciones y procesos.

Alinear la compensación con el logro de las metas individuales de corto plazo, es también fundamental. Para ello, deberán implantar un modelo de indicadores para la evaluación de resultados, que sea objetivo y estructurado.  Cualquiera debe entender y calcular la calificación de su evaluación de desempeño con los resultados periódicos de la organización.

 

¿Es el 2023 un buen año para las inversiones y el mercado de capitales?

En el 2023 hay oportunidades, pero será más difícil sacarles provecho en 2023, que en los años anteriores. Como comenté antes, no hay que apresurare en el análisis y a cualquier decisión de inversión debe hacérsele seguimiento riguroso para ajustar y disminuir riesgos costosos oportunamente. Hay mucha incertidumbre y volatilidad.

Durante los periodos de tasas de interés altas, la renta fija se hace más atractiva y es más segura. Pero pensando en un más largo plazo tal vez me inclino por inversiones en ciertos sectores que seguramente seguirán siendo rentables como la energía, la logística o los alimentos. Inclusive con el despertar de los viajes y el turismo en algunos destinos en auge, La inversión inmobiliaria también me gusta. Eso sí, todos requerirán contar con vehículos de inversión seguros. Bien estructurados, con un gobierno claro y regulados. 

 

¿Cuál es su consejo para los emprendedores que buscan tener éxito en el mercado actual?

Esa pregunta me hace recordar algunas enseñanzas de exitosas personalidades y mi padre que les quiero compartir:

  • Cuando emprendan, imprímanle pasión a lo que hacen.
  • Hagan lo que más les guste, disfrútenlo. No lo hagan por dinero, si son buenos en ello, este llegará.
  • Trabajen duro, nada realmente valioso llega fácilmente.
  • Enfóquense en una cosa a la vez. El cerebro humano es capaz de realizar múltiples tareas al mismo tiempo, pero no necesariamente de manera simultánea.
  • La persistencia es la razón principal del éxito. Nunca desfallezcan ante las críticas, el rechazo, la presión o la envidia.
  • Escuchen, observen, sean curiosos, hagan preguntas, resuelvan problemas y haga conexiones.
  • Para ser exitosos, métanse de cabeza en algo y sean excepcionalmente buenos en ello.
  • Deben presionarse a sí mismos; físicamente y mentalmente. No siempre es fácil, pero a veces se tiene la fortuna de contar con ayuda.
  • Cuando piensen en un producto o servicio, háganlo pensando en servir a otros, en lo que necesitan.
  • Por supuesto, tener un buen plan, una ruta de acción estructurada y una implantación rigurosa, disminuye riesgos y dolores de cabeza.

 

La meta del mundo está en alcanzar el desarrollo sostenible, ¿considera que las finanzas verdes están aportando a este objetivo en Colombia?

Aunque queda un largo camino por recorrer en la concientización y la responsabilidad medioambiental, entiendo que las finanzas verdes y la ecoeficiencia, contribuyen al desarrollo sostenible en Colombia, al fomentar la inversión en proyectos que benefician tanto a la economía como al medio ambiente.

El Gobierno colombiano ha establecido incentivos fiscales para la inversión en energías renovables y ha desarrollado un marco regulatorio para el financiamiento verde. Hace una década, trabajé en la creación de un fondo de capital privado para el desarrollo de proyectos en energías alternativas que me sorprendió gratamente no tanto por el interés de los gestores, sino por el apoyo decidido de los inversionistas en Europa por la reducción de la huella de carbono.

Estas iniciativas han contribuido a la financiación de proyectos ambientales como la generación eléctrica a partir de biomasas, o a filo de agua; la construcción de parques eólicos y solares, la gestión de residuos sólidos y la protección de ecosistemas clave.

 

¿Cómo cree que la transformación digital está cambiando el sector financiero colombiano?

La transformación digital está cambiando la vida de todos y está en constante evolución. Recuerdo el impacto cuando dejé de ir al banco a que me atendieran los cajeros para auto servirme en los cajeros automáticos.

El impacto de la transformación digital en el sistema financiero es evidente, amplio y profundo. Ha avanzado desde la habilitación de herramientas, a la modificación de procesos de administración y servicio a los clientes; hasta llegar a la modificación/reingeniería/creación de nuevos modelos de negocio financieros. Inclusive la cultura y los perfiles se están modificando, así como El liderazgo.  Como escribe David Larkin sobre George Westerman -profesor en la MIT Sloan School of Management- en sus clases de maestría digital: “La primera ley de la innovación digital establece que la tecnología cambia rápidamente, pero las organizaciones cambian mucho mas despacio. En ese sentido, agregó, este ya dejó de ser un desafío técnico para convertirse en uno de liderazgo”

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