Fomentar el crecimiento económico inclusivo y reducir los niveles de desigualdad entre los retos económicos para el 2023
Con la subida de la calificación crediticia a “BB” por parte de Standard & Poor’s, el país se enfrenta a nuevos desafíos que llevarán a la economía dominicana a mantener su posición privilegiada como la más sólida y estable de Latinoamérica y el Caribe
El año 2023 llega con potenciales problemas en el panorama económico global, que pueden complicar las metas del actual Gobierno. En este sentido, Adolfo Martí Gutiérrez, quien actualmente funge como asesor económico del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) y de Comisionado de la Comisión Reguladora de Prácticas Desleales en el Comercio y Sobre Medidas de Salvaguardias (CDC), profundiza sobre la forma de abordar la lucha contra la pobreza y la desigualdad, la desaceleración, y el hacerle frente a la inflación, que es el desafío primordial de los gobiernos latinos de la llamada 'ola rosa'.
De acuerdo al Banco Mundial, República Dominicana es el país que más crecerá durante el presente año en la región, dada su resilencia y estabilidad ante choques externos. Pero, si bien, la pandemia, se encuentra contenida en el país, el ajuste de la política monetaria en los Estados Unidos podría tener un impacto mayor a lo esperado sobre los flujos de capitales.
Como egresado del Máster en Políticas Públicas, ¿cuál es el panorama y los retos que implica la nueva realidad en que se abordan las necesidades de la población a través del Estado?
El crecimiento económico y de los ingresos públicos de alguna manera se han visto diluidos por la presión del alza de precios, pues la inflación llegó a 7.6 % en noviembre de 2022, fuera del rango meta del Banco Central de 4±1 %. Esto causó una expansión del déficit fiscal debido a los subsidios inesperados, los cuales han sido necesarios para contrarrestar el aumento de los precios. Y ya sabemos que la guerra en Ucrania plantea importantes riesgos que persistirán este año, principalmente, a través de dos canales: (1) mayores aumentos en los precios de los bienes y servicios (pues somos un país importador neto de petróleo, gas natural, soja, sorgo, trigo y maíz); y (2) una reducción de las llegadas de turistas.
Por esto, durante este año, la economía dominicana deberá enfrentar al menos siete retos importantes:
- Fomentar el crecimiento económico inclusivo para la generación de empleos, con tal de reducir los niveles pobreza y desigualdad.
- Reorientar las políticas educativas, haciendo hincapié en políticas que busquen aumentar y mejorar la formación técnica y profesional de la fuerza de trabajo.
- Mejorar los niveles de inflación y experimentar tendencias hacia la baja de precios, manteniendo la tasas de interés y de los movimientos del tipo de cambio o divisas.
- Crear oportunidades empresariales de mayor calidad y productividad en todo el territorio nacional y en las zonas de menos desarrollo, así como articular las nuevas exportaciones con el resto de la economía a través de encadenamientos que permitan una mejor distribución de la riqueza.
- Fortalecer la ejecución de los planes de inversión pública para la generación de capital y así poder invertir en grandes obras, como lo son la terminación de las escuelas y los hospitales inconclusos, avanzar con el monorriel, los teleféricos, ampliación del metro y con las circunvalaciones.
- Modernizar y fortalecer las reformas realizadas en las instituciones públicas, de forma tal que permita recuperar la fe en el sistema democrático y en el servicio público.
- Elaborar planes nacionales de desarrollo que den respuesta a los problemas medioambientales y la preservación de recursos naturales para generaciones futuras.
Standard and Poor’s sube de “BB-” a “BB” la calificación crediticia de la República Dominicana. ¿Cómo visualiza el panorama de la economía dominicana durante los próximos cinco años? ¿Qué elementos considera usted que son claves en el esfuerzo del Gobierno de cara hacia el futuro?
El escenario base que maneja la calificadora para 2023 es que el PIB crezca un 6 %, y alrededor de 5 % para los siguientes años, impulsado por la inversión del sector privado. Esta noticia notablemente evidencia el esfuerzo que se ha realizado con el manejo fiscal y la sólida consolidación en las cuentas públicas, luego del fuerte aumento del déficit fiscal y de los niveles de deuda el año anterior.
Para los próximos cinco años esperamos elevar los niveles del PIB percápita en dólares, mejorar el coeficiente de inversión nacional, reducir las tasas de desempleo y del déficit de la cuenta corriente respecto al PIB, aumentar la relación de reservas internacionales respecto a las importaciones y lograr un crecimiento sustancial de las exportaciones nacionales.
De cara al futuro, tenemos claro que los elementos claves que ponderarán los mejores esfuerzos del gobierno a partir de este 2023 deberán concentrarse en elevar la calidad del empleo y de los servicios públicos aportando indicadores esenciales que denoten el logro de mejorías en la forma de gobernar con transparencia e institucionalidad.
Cuenta casi con diez años de experiencia en el Ministerio de Economía, y más de venticinco años de trayectoria profesional, compartida entre el Banco Central y coordinando a más de una decena de instituciones públicas de la República Dominicana. Desde su concepto, ¿cómo ha evolucionado la mejora de la institucionalidad en la administración pública y la coordinación del sector público y privado?
He comprobado cómo la República Dominicana ha vivido períodos de gran expansión económica. Sin embargo, he evidenciado también que cada cuatro años nos revisamos y comprobamos que ese crecimiento, en general, no ha producido una disminución esperada en los índices de pobreza ni de desigualdad del país.
La causa principal de esto ha sido una administración pública fragmentada, y con pocos mecanismos de coordinación y dirección, limitando la capacidad de toma de decisiones estratégicas y la adecuada formulación de sus políticas públicas.
Con la implementación de la Estrategia Nacional de Desarrollo, se busca entonces alcanzar un gobierno eficiente y transparente para el 2030, en el cual los roles y servicios van dirigidos a satisfacer las necesidades y demandas de los ciudadanos. Para esto, será importante monitorear y evaluar constantemente su impacto para saber qué realmente está funcionando y qué elementos necesitan de ajustes.
¿Cuáles recomendaciones son las más viables en términos económicos para mantener las buenas relaciones comerciales con el país vecino?
Entiendo que la República Domicana y el presidente Abinader, de forma particular, tienen el interés y el propósito firme de armonizar unas buenas relaciones comerciales con el vecino país y de mantener buenas normas de calidad, como forma determinante de contribuir a la aceptación de los productos ofertados en el mercado binacional entre ambas naciones y fortalecer la iniciativa que surge de reducir los Obstáculos Técnicos al Comercio (OTC) entre ambos países.
En cuanto a la República Dominicana y la República de Haití, ambos países son participes del EPA. Y lo recomendable sería revisar nuevos diagnósticos y propuestas para disponer de renovados mecanismos de cooperación, que permitan una mejor flexibilidad en términos económicos entre ambos países. Porque los objetivos estarían involucrados con los derechos y compromisos para ambas partes, relativos a temas del crecimiento económico, el desarrollo humano y el cambio sostenible, la erradicación de la pobreza y los temas de integración regional.
En dos años, sucederán nuevamente las Elecciones Presidenciales. ¿Qué conclusiones y hallazgos ha analizado e interpretado sobre el comportamiento de la política económica dominicana que difiere de los demás gobiernos de transición?
La guerra en Ucrania podría tener un efecto más fuerte de lo previsto sobre el crecimiento mundial y la inflación. Y además, si bien la pandemia, se encuentra bien contenida en el país, el ajuste de la política monetaria en los Estados Unidos podría tener un impacto mayor a lo esperado sobre los flujos de capitales.
Estos choques crearán desafíos importantes en nuestra política fiscal y monetaria. Y aunque las autoridades han respondido de manera apropiada con medidas temporales, mientras mantienen la disciplina presupuestaria a través del control del gasto y de la gestión de la deuda, se avecinan tiempos un tanto turbulentos que necesariamente nos conducirán a la necesidad de proponer nuevos ajustes.
Entre las medidas emergentes y transitorias de corte monetario o fiscal, propongo, por ejemplo, aumentar las tasas de encaje legal a los bancos, o reducir coyunturalmente las alícuotas fiscales de algunos tributos, que podrían amortiguar los efectos directos en la capacidad adquisitiva de la población a la vez que ofrecerían impactos políticos importantes, previo a los inicios de un año pre-electoral.
Además, se deberá también retomar el tema de la recapitalización del Banco Central, los diagnósticos y propuestas que busquen nuevos márgenes para movilizar más ingresos fiscales ampliando la base impositiva y racionalizando las exenciones y políticas que busquen mejorar en el clima de negocios (tales como la iniciativa Burocracia Cero y la nueva ley de aduanas) con el fin de fomentar las nuevas inversiones en infraestructura y en capital humano.