La transformación digital es fundamental para la transición energética

La digitalización es un driver para el uso de fuentes de energías renovables y abre las puertas a oportunidades para nuevos negocios.

Ingeniero Comercial, diplomada en Políticas Públicas y Mindfulness Relacional con experiencia gerencial en el sector de organizaciones sin fines de lucro, María Trinidad Castro afirma que su trabajo con el World Energy Council de Chile ha estado marcado por una realidad mundial y también una realidad local.  En términos locales, asumió el cargo cuando recién comenzaba el levantamiento social de fines de 2019 en el país. “Para todas las personas en Chile fueron meses de incertidumbre, desconcierto y miedo. Nuestro sistema no estuvo exento y al ser uno que debía seguir operando sin detenerse, fue un reto muy importante y comprobó la robustez de nuestro sistema de energía en Chile”, señala.

Luego de eso, vino la pandemia. Un capítulo en la historia humana donde la mayoría de las cosas cambiaron y muchas de ellas lo hicieron para siempre.

“Hoy estamos inmersos en un problema geopolítico de gran envergadura donde las naciones que generan grandes fuentes energéticas mundiales se encuentran en conflicto bélico. Entonces, creo que el gran aprendizaje en términos de cambio e implementación de nuevas prácticas vino justamente desde ahí. Desde el aprendizaje de que la vida no es más que un continuo cambio y desafíos cada vez más complejos”, expresa.

Su liderazgo frente a WEC, una plataforma de diálogo libre entre líderes de alto nivel del ámbito público, privado y la academia, donde se relevan los temas más importantes del rubro energético del país, ha sido clave en tiempos de transformación.

María Trinidad considera que una comunidad de personas que avanza con un propósito compartido es más contundente y flexible a los nuevos tiempos. “Eso es lo que hemos intentado imprimir en WEC: una cultura comunitaria,  donde siempre será mejor enfrentar los desafíos con otros y por otros. Un espacio de conexión en el cual entendemos que no estamos solos y que debemos centrarnos en la creación de valor para el mayor bienestar de las personas”.

 

 

¿Qué retos ha representado para usted asumir la dirección ejecutiva de WEC Chile?

Asumir la dirección ejecutiva de una institución como WEC Chile ha sido un muy bonito desafío tanto profesional como personal. 

En términos profesionales, ha sido una gran oportunidad para aprender de personas extraordinarias y a la vez dimensionar la importancia de nuestro sistema energético como ese conjunto de eslabones que permiten el progreso,  una mejor calidad de vida y en definitiva, uno de los elementos esenciales para nuestra humanidad.

En lo personal, esta ha sido una etapa para conocer diferentes realidades, personas, mundos y experiencias en donde el eje central está dado por la articulación de los diferentes actores en función de un propósito compartido.

En períodos convulsionados, en conflicto, cruzados por intereses particulares, es indispensable contar con un lugar, una instancia en donde desarrollar ideas de futuro y dialogar acerca de qué queremos,  para qué y por quién construimos un sistema energético robusto, accesible y sustentable. Justamente eso hace el World Energy Council, institución de la cual estoy orgullosa de formar parte.

 

 

El equipo de WEC es mayormente femenino, ¿cómo ve las oportunidades para el liderazgo y participación de la mujer en el sector energético de Chile?

El equipo ejecutivo de WEC Chile es mayormente femenino y nuestra gobernanza a nivel de directorio y los consejos,  mayoritariamente masculino, al igual que la realidad de nuestra industria.

En el sector energético chileno, tenemos una participación femenina cercana al 24%. Esto representa un gran desafío y también una enorme oportunidad para seguir reduciendo la brecha de género en esta industria.

La transición energética requiere de múltiples miradas y soluciones. No existe una sola solución para la generación de un sistema sustentable con nuevas formas de energía sin que alguien no quede fuera.  Por este motivo, necesitamos de mujeres, hombres, jóvenes, niños y en definitiva, a todas las personas involucradas en este sector que está en el corazón de nuestras vidas.

 

¿Considera usted que la transformación digital que vive el mundo brinda oportunidades para la tan necesitada transición energética? ¿Por qué?

En WEC creemos que la transformación digital, o la digitalización, es un driver fundamental para la transición energética. Este es uno de los elementos fundamentales para vivir el proceso permanente y continuo que estamos enfrentando como humanidad.

Las redes inteligentes, smart cities, sistemas integrados y todo lo que supone esta revolución digital,  presenta una manera distinta de hacer las cosas, una nueva forma de usar la energía. Por lo tanto, se abren las puertas de las oportunidades para nuevos negocios, puestos de trabajo, oficios, etc.

 

¿Cree que Chile está bien encaminado hacia un sistema energético sustentable? ¿Cómo ha visto usted la digitalización de los procesos del sector para la consecución de esta meta?

Chile es un país extraordinario en materia energética. Junto con ser un país bendecido en fuentes energéticas renovables, es un territorio que ha logrado desarrollar una matriz energética que avanza rápidamente hacia el compromiso de la carbono neutralidad. Junto con esto, la digitalización ha sido un elemento fundamental, que ayuda a hacer más eficiente los procesos y los usos de la energía.

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En su experiencia, ¿qué significa el liderazgo responsable en estos tiempos donde la humanidad debe asumir la transformación digital y energética como una realidad?

El ejercicio de liderazgo requiere de mucha preparación ya que esto consiste en movilizar personas.  Movilizar para generar un cambio, es decir, movernos desde una situación a otra.

Las personas estamos preparadas o condicionadas para vivir situaciones ciertas. No estamos preparados para lo incierto, para los cambios y muchas veces los resistimos. Por este motivo, la real transformación o transición energética va mucho más allá de un contexto técnico. El real cambio es más bien, adaptativo. Significa que los tomadores de decisión, los investigadores, clientes, consumidores, proveedores, todos los actores del sistema, debemos estar conscientes que este es un cambio de comportamiento. Debemos entender que las nuevas tecnologías, los nuevos elementos del sistema, son solo la excusa para construir un sistema mejor, pero que el real cambio viene dado por los nuevos usos y formas que encontremos para esto. Un caso muy ejemplificadorfue el tema del teletrabajo: hace muchos años que sabíamos que las tecnologías y los aspectos técnicos permitían el trabajo remoto y sus aplicaciones, pero no fue hasta una pandemia que nos obligó a cambiar nuestro comportamiento. Hoy estamos adaptándonos a esta nueva realidad que incluye lo presencial y lo virtual. Lo importante es entender que no es necesario pasar por una pandemia ni por una catástrofe para adoptar y acoger los cambios que van a llegar más temprano que tarde.

 

Las energías renovables son protagonistas de la transición energética, ¿son también la clave para aliviar la situación de pobreza energética y promover la inclusión de poblaciones vulnerables?

Las energías renovables no son otra cosa que nuevas formas de energía, más sustentables, y donde su huella o paso por el sistema, no daña nuestro medio ambiente y su futuro.

Tanto estas nuevas formas de energía como los nuevos energéticos que están desarrollándose (hidrógeno verde, e-combustibles) y también las formas de almacenar la energía,  son elementos fundamentales para reducir la pobreza energética en nuestro planeta.

En algunos países hablamos de la necesidad de generar hidrógeno verde mientras en otros aun no cuentan con fuentes básicas de energía para sus poblaciones. Es así como más de 800 millones de personas a lo largo del mundo viven sin fuentes energéticas para su vida diaria.

Los esfuerzos de WEC van encaminados hacia la creación de una transición energética sustentable donde nadie quede fuera.  Una construcción de una mejor casa común para habitar.  Una casa mejor para todos.