Un gran desafío por cumplir: la descarbonización de la matriz energética

El BID ofrece apoyo integral al proceso de financiamiento para el sector privado en generación, al sector público en transmisión y distribución, y líneas de cooperación técnica y recursos blandos para la planificación e implementación de proyectos

República Dominicana ha trazado planes de expansión en la generación de energía, cuyos esfuerzos buscan lograr que los renovables alcancen las metas de participación del 25 % en 2025 y 30 % en 2030 de la matriz energética.

El desafío para cumplir con las metas de participación de energía renovable en la matriz eléctrica es de gran dimensión, implica incorporar en promedio cada año algo más de 200 MW de nueva capacidad de generación solar y eólica; es decir, aproximadamente 2000 MW de ese mix de generación renovable hasta el año 2030.

Consultamos con Héctor Baldivieso, especialista de energía en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre este reto que ha asumido el país. Baldivieso se unió al Banco en el año 2010 y desde entonces ha trabajado en los Programas de la División de Energía para Centroamérica y el Caribe, con énfasis en las áreas de: cobertura eléctrica, eficiencia energética, desarrollo de energía renovable e integración regional.

“Para lograr ese nivel de crecimiento del parque de generación renovable es necesario consolidar un marco de planificación de largo plazo asociado a procesos competitivos para nueva generación renovable que permitan, de partida, proporcionar señales claras para la nueva infraestructura de generación y transmisión, que responda a la demanda eléctrica creciente y que, al mismo tiempo, estimule la competencia en pro de beneficiar con menores costos al mercado eléctrico. Por otra parte, en los últimos cinco años las inversiones en Energía Renovable No Convencional (ERNC) como eólica, solar y biomasa han llevado la capacidad instalada de estas tecnologías de 200 MW a 700 MW, lo que en 2021 permitió que las ERNC aporten 10 % de la energía en el sistema interconectado, a lo que se suma el 7 % históricamente aportado por las hidroeléctricas, y que junto a los compromisos de nuevas inversiones en renovables definen un panorama muy positivo para alcanzar las metas trazadas”, señaló el experto en energía.

 

¿Cómo ve al país en comparación con otros países de la región en estos términos? ¿Qué países considera usted están haciendo más énfasis en la diversificación de sus fuentes de energía?

El BID, en el marco de su Visión 2025, promueve la acción frente al cambio climático en los países de América Latina y el Caribe y ha encontrado amplios espacios de acción en curso, tanto a nivel institucional como de inversión pública y privada, que reflejan el alto énfasis que los países han puesto para alcanzar metas que les permitan incrementar y hacer sostenible la participación de energías renovables en sus matrices de generación.

Cada país en la región representa un caso único considerando el estado de su matriz eléctrica, sus características particulares en materia del potencial para desarrollar generación a partir de las distintas tecnologías disponibles para energía renovable y los esfuerzos que debe realizar para alcanzar metas para una matriz más limpia.

República Dominicana ha ratificado el Acuerdo de París para reducir emisiones nacionales y adaptarse a los impactos del cambio climático; en esa línea los esfuerzos de país han sido plasmados en las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC) y la definición de la meta país al 2050 quedará definida como parte de la Estrategia de Largo Plazo (LTS) ha desarrollar.

La elaboración de la LTS proporcionará una oportunidad para que el sector energía establezca compromisos específicos – caso país – para reducir emisiones de carbono mediante acciones que impulsen la diversificación de la matriz de generación. 

 

¿Cuáles son los desafíos que persisten para alcanzar la descarbonización de la matriz energética y en los que debe enfocarse el sector público y privado de República Dominicana?

El desafío principal pasa por establecer una estrategia que defina acciones de impacto integral en el sector eléctrico como ser: (i) fortalecer la planificación de largo plazo que establezca con precisión la ruta de inversiones para la infraestructura de generación y transmisión; (ii) continuar con la consolidación institucional de la entidades de definición de política y regulación; (iii) dados los avances en el desarrollo de proyectos eólicos y solares en el país, considerar la incorporación en la matriz de tecnologías de generación probadas como off-shore; (iv) establecer objetivos de mediano y largo plazo que posibiliten el retiro de centrales térmicas que utilizan combustibles de alta emisión como derivados de petróleo y carbón; (v) acelerar mediante procesos competitivos la mayor participación de energía renovable; (vi) implementar un programa nacional de eficiencia energética con previsiones de inversión y metas de mejora en el tiempo; (vii) acelerar la gestión para mejorar la eficiencia a nivel de distribución mediante la reducción de pérdidas; y (viii) impulsar la expansión de la movilidad eléctrica dado el alto consumo de combustibles que provoca que el sector transporte genere 35 % de los gases de efecto invernadero en el país.

 

¿En qué consiste el apoyo que el BID ha brindado tanto al sector público como privado en pro de la diversificación de la matriz energética?

La implementación de proyectos de energía renovable, además de constituirse en acción directa para descarbonizar la matriz de generación eléctrica de un país, se convierte en un generador de empleo; lo que se identifica a plenitud con las principales líneas de acción de la Visión 2025 del Grupo BID.

En ese ámbito, el Grupo BID tiene una larga relación de apoyo al país para impulsar la agenda de descarbonización, con apoyo continuo en temas como: planificación de la expansión del sistema eléctrico, evaluación de la capacidad del sistema para el continuo incremento en la participación de renovables, estudios para analizar el potencial de generación para distintas tecnologías basadas en renovables, diseño e implementación de proyectos de eficiencia energética, apoyo al desarrollo de la regulación para generación distribuida, y la elaboración de una estrategia país para el desarrollo de la movilidad eléctrica.

Actualmente, la agenda de trabajo con el país proporciona un enfoque de alta prioridad para la descarbonización, con estudios que permitan la generación de conocimiento para el posterior diseño de acciones de descarbonización en el sector eléctrico, además de procurar la definición metodológica para la planificación de futuro enfocada en acompañar la LTS de país.

Así mismo, BID Invest, el brazo de apoyo y financiamiento al sector privado del Grupo BID, tiene una amplia agenda para apoyar de forma directa el desarrollo e implementación de proyectos de energía renovable.

El BID tiene una cartera de USD 394 millones en ejecución en el sector eléctrico, con incidencia tanto en proyectos de inversión como el programa de eficiencia energética en alumbrado público y el programa de expansión de redes y reducción de pérdidas a nivel de distribución, como en un programa de apoyo presupuestario que impulsa la sostenibilidad del sector mediante acciones de política. Por otra parte, el BID tiene en ejecución algo más de un millón de USD en recursos no reembolsables para cooperación técnica en áreas de fortalecimiento institucional, diseño de proyectos de iluminación eficiente y planificación para la descarbonización.

Por otra parte, junto a los países de América Latina y el Caribe, en 2019 el BID apoyó el lanzamiento de la iniciativa de impulso a los renovables (RELAC) con el objetivo de que los países asuman compromisos mediante metas concretas para incrementar la participación de renovables, con la meta para la matriz de generación eléctrica del conjunto de países de la región pueda pasar del 59 % de participación de renovables registrados en 2019 al 70 % en 2030.

El RELAC ha conformado una estructura con activa participación de los países, estando la presidencia pro tempore actualmente a cargo de la República Dominicana y Ecuador, con el BID a cargo de la Secretaría Técnica permanente.