No hay barreras para nosotras
La ingeniera Ilya Espino de Marotta es ejemplo de que las mujeres pueden ser protagonistas en un entorno donde se priorice la capacidad de la persona independientemente de su género
La participación de las mujeres en la construcción de sociedades más justas contribuye en el impulso y desarrollo de un país. La ingeniera Ilya Espino de Marotta es un fiel ejemplo de estos aportes, pues desde enero de 2020 es la subadministradora del Canal de Panamá y la primera mujer en la historia que desempeña esta función.
Es egresada de la Universidad de Texas A&M y, además, realizó una maestría en Ingeniería Económica de la Universidad Santa María la Antigual. También se ha especializado en negocios a través de su participación en el Programa de Desarrollo Ejecutivo en Incae Business School y en la Kellogg School of Management de la Universidad de Northwestern.
Desde 1985 comenzó a dar pasos dentro del Canal siendo la única mujer ingeniera en el astillero, pero hoy la acompañan más de 1.000 mujeres en la vía interoceánica. Durante 30 años de trayectoria, ha tenido la oportunidad de desarrollarse como gerente ejecutiva de gestión de recursos y controles de proyectos antes del Programa de Ampliación.
Dicho programa tuvo como objetivo aumentar la capacidad para satisfacer el crecimiento de la demanda con un mejor servicio al cliente, así como duplicar la capacidad del Canal, que tiene un impacto directo en las economías de escala y el comercio marítimo internacional.
Usted ha marcado un legado en la historia por ser la primera mujer en ocupar el puesto de subadministradora del Canal de Panamá, ¿cómo esto le hace sentir y qué significa este paso en su vida?
Significa mucho para mí. Cuando entré a laborar en el Canal de Panamá, lo vi como una experiencia de vida en la que tenía que dar el 100 %. No sabía qué tan lejos iba a llegar hasta que se presentaron oportunidades que no rechacé, ni que tampoco limité pensando que, por ser mujer, iba a fracasar.
El camino no fue fácil, porque ser esposa y madre me obligó a ser muy organizada y mantener una vida balanceada entre mi vida profesional, familiar y personal. Entonces, cuando fui nombrada Subadministradora del Canal, me sentí muy satisfecha porque las mujeres estamos dando pasos concretos para tener mayor visibilidad en el mundo de hoy.
Como mujer, ¿se ha encontrado con barreras para ejercer este puesto de alta responsabilidad?
En todas las organizaciones siempre habrá barreras, pero no me enfoqué en ellas. Siempre me enfoqué en mis capacidades. Por la naturaleza operativa del Canal, la mayoría de los colaboradores son hombres, y eso podría llevar a la conclusión de que igual son ellos quienes ocuparían puestos en la toma de decisiones.
Sin embargo, tenemos un buen número de mujeres que son supervisoras, gerentes y vicepresidentas, y ahora, una subadministradora. Esto se debe, principalmente, al sistema de méritos del Canal de Panamá, en donde prima la capacidad de la persona independientemente de su género.
Como líder, ¿cuáles cree usted que son las características del liderazgo femenino que hacen la diferencia frente a una organización e institución?
Creo que es importante saber trabajar en equipo, escuchar activamente, tener empatía y ser inclusivo. Esto es clave porque en una organización tan representativa como lo es el Canal de Panamá, se debe tomar las mejores decisiones y para eso es necesario la contribución y participación de todos.
También, destaco el respeto entre todos los colaboradores del Canal, y que forma parte de nuestro modelo de conducta, ya que más allá de nuestras diferencias, se debe buscar el consenso para trabajar en armonía.
¿Cuál ha sido su contribución para apoyar el crecimiento profesional de las mujeres en Panamá́?
Creo que cuando vemos a una mujer llegar a una posición ocupada tradicionalmente por hombres, se le observa como referente. La mujer que logra destacar se convierte en un ejemplo de que no hay barreras para nosotras, que podemos llegar tan lejos como nos lo propongamos, y ese es el mensaje principal: alentar a las mujeres, y sobre todo a las más jóvenes, a que se atrevan a ingresar en todos los campos profesionales y académicos.
En este sentido, siempre apoyo cuando se me presenta la oportunidad de compartir mis experiencias, hacer mentoría e incentivar a los jóvenes profesionales a seguir sus sueños.
¿Qué representa el Canal de Panamá dentro de la economía global?
El Canal de Panamá desempeña un papel muy importante para la economía nacional, regional y global. El Canal conecta a 180 rutas marítimas en 170 países, a través de 1,920 puertos. Esto se traduce en una participación del Canal en el comercio mundial de alrededor de 3 %.
Por ejemplo, el 72 % de la carga que pasa por el Canal tiene como origen o destino los Estados Unidos de América; nuestro segundo mayor usuario es China y, en tercer lugar, Japón. Eso significa que el Canal contribuye con la dinamización de las grandes economías del mundo, gracias a la globalización del comercio.
Nuestro papel es asegurar que la vía acuática siempre responda a las necesidades de nuestros clientes, gracias a una fuerza laboral altamente capacitada y comprometida con dejar en alto el nombre de Panamá.
¿De qué manera el Canal de Panamá participa en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero?
Por ser una ruta que acorta distancias y tiempos en el trasiego de mercancías, el Canal es una ruta verde porque contribuye con la reducción de las emisiones de CO2 de los buques que transitan por la vía acuática.
Sin embargo, estamos convencidos de que, para ser más competitivos, debemos enfocarnos en la sostenibilidad de nuestra organización. Por eso, en abril de 2021 nos comprometimos con adoptar la neutralidad en carbono para 2030. En esta dirección, el Canal ha puesto en marcha la inversión de, aproximadamente, B/.2,400 millones en la modernización de su equipo e infraestructura para cumplir con esta meta.