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Control oftalmológico: base del cuidado de la salud visual

“Ama tus ojos” ha sido el lema del Día Mundial de la Visión 2021, celebrado cada 14 de octubre tras proclamarlo la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Organismo Internacional de Prevención de la Ceguera y dedicándose el mes a promover las distintas afecciones y cuidado de la salud visual. Es que es fundamental poner ojo al autocuidado de los ojos, que posibilitan experimentar un sentido esencial en el desarrollo integral de las personas desde la infancia al permitir la conexión con el mundo que rodea, apreciarlo y vivirlo, influyendo en el placer o seguridad al desenvolverse en las actividades; visión y sus dimensiones que pueden afectarse severamente con el descuido.

Y el gran mensaje de la efeméride y reto sociosanitario global “es hacer conciencia que la gran mayoría de las patologías que producen déficit visual pueden evitarse o prevenirse”, resalta el doctor Fernando Barría, oftalmólogo del Hospital Clínico Regional Guillermo Grant Benavente de Concepción y presidente de la Sociedad Chilena de Oftalmología, además de chair del Comité de Prevención de Ceguera de la Asociación Panamericana de Oftalmología y director del área oftalmológica del Hospital Digital del Ministerio de Salud (Minsal).

Clave son los chequeos visuales al permitir diagnósticos y abordajes oportunos. De hecho, la OMS estima que 2.200 millones de personas tienen deficiencia visual, 65 millones son ciegas y más de 1.000 millones de casos podrían haberse evitado o aún no se tratan y estudios muestran que 80% de las cegueras pudieron prevenirse o curado con detección y tratamiento oportuno: hay intervenciones como las quirúrgicas para varias condiciones.

Momentos críticos

El doctor Barría aclara que las afecciones visuales pueden afectar a toda edad, factores biológicos y ambientales aumentan el riesgo a desarrollar alguna, el manejo temprano es eficaz para evitar que agraven y el envejecimiento conduce un deterioro orgánico normal al que los ojos no son excepción. Y por eso la visita al oftalmólogo es imperante en ciertos momentos críticos.

El primero es la infancia temprana para precozmente detectar un problema. “Ojalá que a los 4 o 5 años un niño o niña tenga una toma de visión, porque en muchas de las afecciones a la visión de infantes a través de un par de lentes o manejo de estrabismo se evita que se pierda visión al completar el desarrollo cerca de los 12 años, cuando el daño es irreversible”, destaca. Comunes son la miopía y astigmatismo infantil, que pueden tratarse con gafas ópticas. Para los escolares resalta el tamizaje visual que se realiza en Chile a través de la Junaeb para pesquisar y corregir afecciones. Detección muy trascendente para el desarrollo escolar, pues los problemas visuales pueden terminar por afectar el desempeño académico.

El oftalmólogo también define como crucial que toda persona con diabetes, cuya prevalencia es 1 cada 10 chilenos según el Minsal, la mantenga controlada para evitar las complicaciones anexas como daños a la retina que desencadenan la retinopatía diabética, que padecería 30% de los diabéticos y advierte que “no produce cambios en la visión hasta etapas muy tardías, cuando la pérdida es irreversible”. En fases iniciales es manejable, por lo que todo diabético debe mantener controles oftalmológicos en que se realice el examen de fondo de ojo.

Además, desde los 40 años hay que mantener chequeos preventivos, pues empieza a hacerse patente el normal deterioro de la visión y aumenta el riesgo de ciertas afecciones que pueden abordarse a tiempo con la evaluación periódica. La presbicia es una prevalente, aunque no de gran preocupación y empieza a notarse entre los 40 a 45 años, empeora al aumentar la edad y puede corregirse con lentes o cirugía láser en ciertos casos.

Pero, graves son las cataratas, que pueden ser congénitas o adquiridas por causas como diabetes 2, exposición a rayos UV y ciertos fármacos, de incidencia que aumenta cada década desde los 40 años y la padecerían más de 4% en Chile, siendo la primera causa de ceguera en el mundo y la segunda de discapacidad visual. Eso sí, Fernando Barría valora que se han ido manejando bien en el país al ser parte del programa GES que ha permitido que muchos accedan a cirugías. El glaucoma es otra patología seria, que afectaría a 2% de la población mayor de 40 años y tiene causas variadas como diabetes, presión arterial elevada, miopía o hipermetropía extrema y ciertas lesiones oculares, que puede causar ceguera que podría evitarse en 95% de los casos. “Es asintomático en primeras etapas y no afecta la visión hasta las tardías, porque daña desde adentro hacia afuera el ojo, por tanto, la gente no lo detecta”, aclara.

Al respecto, enfatiza que “usar lentes ópticos y ver bien no descarta padecer otras afecciones”, pues la evolución se puede dar en largo plazo y el organismo tiene mecanismos de compensación que llevan a adaptarse a una visión deficiente que limitan el notar estar frente a un problema que puede tener nefastas consecuencias, por lo que no hay algo que reemplace el chequeo visual por parte de un especialista.

Proteger a los ojos necesita desde limitar horas ante pantallas a una dieta sana

Que existan ciertas etapas o circunstancias en que sea crítico el chequeo visual no significa que no haya otros en que se requiera. A lo largo de la vida pueden darse distintas situaciones y aparecer señales a las que atender, porque la visión necesita ser cuidada siempre, desde la infancia hasta la vejez para que se mantenga en el mejor estado posible y sus deterioros no mermen la calidad de vida y bienestar.

Lo primordial para el doctor Fernando Barría es que ante cualquier dificultad o molestia visual que se experimente o se evidencie en niños y adolescentes, como problemas para leer de lejos las instrucciones dispuestas en un pizarrón o al ver televisión, se acceda a una consulta oftalmológica como espacio fundamental para detectar una anomalía, por pequeña que sea, e indicar el abordaje necesario que podría ser un par de lentes ópticos o reconocerá que la dolencia no se debe a una causa orgánica y su mejoría implica seguir ciertas acciones relacionadas con las conductas o actividades cotidianas.

Efecto pandemia

En los tiempos de pandemia de Covid-19 hay fiel reflejo de aquello, configurándose una situación en la que confluyen varios fenómenos que pueden afectar a nivel visual y explican que el deterioro en la visión durante la emergencia global haya sido reconocido por más de un tercio de los consultados en una encuesta internacional a más 16 mil mayores de 18 años que presentó recientemente Johnson & Johnson Vision, aunque 70% dijo que no tiene programada una evaluación ocular en el corto plazo.

Lo primero que advierte el doctor Barría es el cansancio mental, que ha aumentado en el contexto de una crisis sanitaria que obligó a que las personas se confinaran y mantengan distancia física para protegerse y borró los límites horarios y dimensiones de la vida al desarrollarse toda actividad en el hogar y con las tecnologías como punto de encuentro. “El cansancio mental difícilmente se puede desasociar del físico y puede vincularse con mucho malestar en la visión”, aclara.

Se debe sumar que como las actividades académicas, laborales y hasta sociales se han hecho en dispositivos digitales, las horas frente a pantallas han aumentado exponencialmente, superando las recomendadas, que ya eran altas prepandemia y especialmente preocupante para infantes que están en desarrollo, también en su sistema visual.
Las pantallas emiten “luz azul”, como el Sol, y la información disponible indica que en el ojo tiene un efecto similar a la luz ultravioleta y puede acarrear problemas en la visión a personas de toda edad expuestas. Al respecto, el oftalmólogo detalla que frente a las pantallas el parpadeo suele ser mucho más pobre, produciendo sensación de ojo seco o molestias a otras fuentes de luz. También dice que si se está muchas horas frente a un dispositivo como el computador el ojo está siempre haciendo un esfuerzo por acomodarse a la visión o trabajo de cerca, lo que es agotador y puede gatillar astenopia o fatiga ocular, que también se puede producir al conducir por muchas horas, falta de sueño o mal aumento en lentes ópticos. El estrés ocular puede darse al estar desde 4-6 horas frente al computador, precisa.

Ello da cuenta de efectos de corto plazo, existiendo inquietud sobre las repercusiones de largo plazo que tenga la exposición a pantallas, sobre lo que Barría cuenta que “la advertencia que tenemos hoy es que es posible que el exceso de trabajo cercano puede afectar a niños pequeños, de 4 a 8 años, por el aumento de la prevalencia de infantes con miopías pequeñas”; pero, los efectos reales se podrán saber a futuro, cuando se hagan evaluaciones vastas a distintas poblaciones. No se puede obviar el factor individual sobre la mayor susceptibilidad a padecer afecciones visuales y la posibilidad, aún desconocida, de que el riesgo se exacerbe con el fenómeno de la acomodación ocular aumentada por el exceso de trabajo de cerca.

Cuidado visual

Para el cuidado se ha estado empleando el filtro azul en los anteojos, pero Fernando Barría asegura que “no hay evidencia para afirmar que proteja o haga algún efecto beneficioso al ojo”.

Pero, sí hay acciones para autocuidar la salud ocular y prevenir la astenopia como limitar el tiempo frente a pantallas y la correcta iluminación. “Cuando se debe estar largo tiempo frente a pantallas, se recomienda cada media hora mirar de lejos y hacer parpadeos frecuentes para descansar de la hiperacomodación por el trabajo cercano y se lubrique mejor el ojo”, detalla.

También es importante el uso de lentes adecuados, que implica chequeos periódicos para evaluar la graduación de su aumento y la adquisición en recintos formales. Mismo consejo para anteojos de sol, cuyo uso no sólo complementa el estilo, sino que se necesita para proteger los ojos de la radiación ultravioleta. Fernando Barría enfatiza que es importante que las gafas cumplan características y por ello deben estar certificadas, ya que el color oscuro de su lente genera que la pupila se dilate y es la contracción de esta el mecanismo natural del ojo para limitar el ingreso de rayos solares a la retina, por lo que con un artículo incorrecto podría abrirse la pupila y dejar entrar todo el impacto de la radiación.

Por último, la alimentación saludable, variada y equilibrada es parte del autocuidado de la salud visual. Ello, porque puede permitir prevenir deficiencias nutricionales que se asocian a daño en la visión y también la malnutrición por exceso y dietas malsanas que se vinculan el exceso de peso y el desarrollo diabetes tipo 2, asociada a muchas afecciones visuales graves que podrían evitarse si se evita la patología manteniendo una alimentación sana desde la infancia, siempre en sinergia con realizar actividad física regularmente y evitar el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, contribuyendo a un estado de salud óptimo y previniendo múltiples enfermedades.